Cadetes junto al tren un día antes de la tragedia

Aunque este accidente ferroviario no ocurrió en Chile, sino en suelo Argentino, cada año es recordado especialmente por nuestro Ejército, ya que en él perdieron la vida 12 cadetes chilenos y otros tantos resultaron heridos.

Corria el año el año 1927 y el Gobierno de Argentina extendió una invitación para que una delegación de la Escuela Militar de Chile participara junto a otras de Uruguay, Paraguay y Brasil en  las ceremonias de celebración de la Independencia de Argentina y el centenario del General Bartolomé Mitre, las que se llevarían a cabo el día 9 de julio en Buenos Aires.

Para tal efecto, dos compañías de cadetes chilenos, cuyas edades fluctuaban entre los 12 y 15 años, a cargo del Director de la Escuela Militar, coronel José María Barceló Lira, los capitanes Guillermo Aldana y Guillermo Rosa, y los tenientes Stringe, Garrido, Sagüés, Andrade, Miranda, y Gundelach, partieron desde el antiguo cuartel de la calle Blanco la madrugada del 6 de Julio hacia Los Andes donde luego se embarcaron en el Ferrocarril Trasandino para cruzar la cordillera en medio de la nieve invernal.

La travesía se realizó sin mayores contratiempos hasta Mendoza, donde fueron recibidos en el Regimiento de Infantería N° 16. Luego de un descanso, la comitiva siguió viaje en el Ferrocarril de Mendoza a Buenos Aires en un tren arrastrado por dos locomotoras a vapor.

mapa alpatacalUbicación de la estación Alpatacal sobre la ruta Mendoza - Buenos Aires.

Al llegar a la pequeña estación de Alpatacal, en la provincia de Mendoza, durante la madrugada del 7 de Julio y mientras los soldados dormían, el convoy que viajaba a toda velocidad chocó de frente con otro que esperaba el cruzamiento. Producto de esto, los dos trenes descarrilaron iniciándose un incendio que atrapó a los heridos que se encontraban entre los fierros retorcidos además de los caballos que utilizarían los oficiales durante el desfile.

Restos de fierros retorcidos tras el accidente

Restos de fierros retorcidos tras el accidente

La tragedia fue dantesca. Entre los fierros retorcidos y las llamas fallecieron 12 cadetes y 31 quedaron heridos, además de otros tantos heridos y muertos entre el personal ferroviario de los dos trenes. Incluso, unos años mas tarde, otros dos soldados fallecieron producto de las secuelas de este accidente.

A pesar de la tragedia, y por una decisión del recién electo presidente Carlos Ibañez del Campo, el resto de los soldados que resultaron ilesos o con heridas menores continuaron camino hacia Buenos Aires, donde una delegación de 120 cadetes y 5 oficiales desfiló el 9 de Julio, según estaba planeado, como una muestra de la fortaleza de estos soldados que se sobreponían a la muerte y al dolor, lo que fue ampliamente reconocido por el público, el gobierno argentino y las restantes delegaciones.

"Cuando los Cadetes chilenos desfilaron por las calles de Buenos Aires —dice un periodista de la época— toda la ciudad se conmovió, presenciando escenas verdaderamente impresionantes en la calle de Florida, donde la muchedumbre se revolvía pugnando por romper el doble cordón humano formado por los cadetes de los demás países sudamericanos, para abrir camino de honor a la Escuela Militar de Chile".

Destacamento de cadetes chilenos desfilando en Buenos Aires tras el accidente

Ceremonia de despedida de los soldados fallecidos

Por su parte los restos mortales de los fallecidos junto con los heridos, entre ellos el Director de la Escuela Militar, volvieron a Chile, siendo recibidos por sus familias y una gran cantidad de personas que quisieron acompañarlos en su dolor tanto en la estación del Trasandino en Los Andes como en Santiago.

Como homenaje a los cadetes fallecidos, la localidad de Alpatacal fue re-bautizada por el Gobierno Argentino como “Cadetes de Chile” y en ese lugar se instaló una estatua de bronce de 4 mts. de altura construida por el escultor argentino Alberto Lagos, que los lugareños llamaron cariñosamente “La Chilena”. Junto con ello, en Chile, al construirse la actual Escuela Militar en la comuna de Las Condes, su patio principal fue bautizado como Patio Alpatacal y en él, una placa recuerda los nombres de los soldados fallecidos producto de este accidente ferroviario.

Placa recordatoria en el patio Alpatacal de la Escuela Militar en Santiago ''La Chilena'', antes de que fuera robada y destruida

Lamentablemente, desde hace años, el pequeño pueblo y estación Cadetes de Chile, que tenía como principal finalidad la de servir para maniobras ferroviarias, ha quedado en el abandono y con ella también la escultura de bronce. Producto de ello, el 12 de agosto de 2006 la estatua fue robada y cortada en pedazos por un grupo de delincuentes para vender el metal.

Aunque la banda fue detenida más tarde, la estatua destruida nunca fue reemplazada. 

Estado actual del lugar donde se ubicaba la estatua en homenaje a las víctimas

Los militares chilenos fallecidos en este accidente fueron: Brigadier Osvaldo Medina Moena, los cadetes Guillermo Perry Fonseca y Oscar Martini Pérez, sargentos primeros Eudoro Garín Pino, Luis Navarrete Larenas, Cipriano Collao Collao y Nicolás Montes, el cabo primero Manuel Zamora Riveros, el dragoneante José Quintana Novoa, y los soldados Juan González González, Juan Pérez Seguel y Luis Gajardo Rosas.

También fallecieron en el accidente los siguiente trabajadores ferroviarios argentinos: Inspector Domingo Doda, Camarero Manuel Estévez, Pió Ferrari, Sabino Ferro, Miguel Ferra, Manuel Reys, Camilo Bondin, Maquinista Jose Guzzo, Arturo Levet, Avelino Bavio, Victor Lorocotondo, Saturnino Velasco, Damián Alustizo, José Alvarez, Foguista Luis Bordin y el Inspector de Máquinas Tomás Bunting.

Aunque esta tragedia ferroviaria ocurrió en Argentina, es recordada cada año por la Escuela Militar chilena y el Ejército de Chile como una muestra imborrable de los más altos valores de valentía y fortaleza del soldado chileno en el cumplimiento del deber incluso en tiempos de paz, enfrentado situaciones trágicas y dolorosas como la de aquel 7 de Julio en Alpatacal.

Fuentes y referencias


Acerca del autor

Ernesto VargasErnesto Vargas es un apasionado del mundo ferroviario y un profundo admirador de las obras de arte asociadas a la vía ferrea asi como de sus contructores. 

Nacido en San Felipe, vive desde hace más de 25 años en la ciudad de Santiago, desempeñandose en una empresa relacionada con la tecnología y las comunicaciones.

Durante muchos años se ha dedicado a desarrollar y mantener una serie de sitios web dedicados a la investigación y difusión de la historia ferroviaria y de todo lo que se relaciona con ello. Asi es como desde el año 2001 es el webmaster y responsable del sitio Amigos del Tren, el cual ha sido y seguirá siendo su mayor hobby.



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