Introducción
A menudo las personas utilizan indistintamente las palabras tren y ferrocarril para referirse a un convoy ferroviario, sin embargo, para quienes amamos el mundo de los trenes es bueno que conozcamos las diferencias y usemos las palabras que corresponden en cada caso.
En primer lugar, las palabras tren y ferrocarril no surgieron de un día para otro, y su significado ha ido cambiando con el tiempo, por lo que haremos un recorrido por el origen y la evolución de ellas hasta llegar a lo que hoy conocemos.
El carril y el ferrocarril
El término ferrocarril proviene de la unión de la palabra en latín “ferre”, que significa “hierro” y la palabra carril, que proviene del latín “carrile”, que significa “relativo al carro”.
En términos generales, la palabra carril se usa para referirse al camino por donde se desplaza un carro (carruaje, carreta, etc.) con algún tipo de guía para que las ruedas no se salgan del camino.
Hay ejemplos de carriles de roca y también de madera. Incluso hoy le llamamos carriles a las pistas por donde circulan los automóviles en una calle o autopista.
Un ejemplo muy antiguo de carril es el “diolkos”, un camino en Grecia por donde se transportaban botes mediante plataformas con ruedas y que tenía unos surcos tallados en la piedra para guiar las ruedas y evitar que se salieran del camino.
A este camino, construido en el siglo VII A.C. podríamos llamarle “petrocarril” (camino de piedra).
Así como un carril puede estar tallado en la piedra, también existieron innumerables ejemplos de carriles hechos de madera, mucho más fáciles de construir e instalar, sobre los cuales se desplazaban carros arrastrados por fuerza humana o animal.
Aunque hay alguna evidencia gráfica de carriles de madera desde el siglo XIV, ya en el siglo XVI se utilizaban profusamente en las minas de muchos países europeos, facilitando el transporte de gran cantidad de mineral en carros empujados por uno o varios hombres, o arrastrados por caballos o mulas.
Estos carriles contaban con diversos mecanismos de guía para mantener las ruedas sobre la vía: superficies planas con pestañas en forma de "L" o de "U", tablones con su superficie redondeada combinada con carros con ruedas cóncavas, etc.
A estas vías construidas en madera se les conoce como “maderocarril” (camino de madera). Incluso, en algunos lugares le llaman “palocarril”.
Aunque estas vías facilitaban el desplazamiento, tenían el inconveniente de que se desgastaban rápidamente, por lo que fue necesario evolucionar hacia materiales más resistentes.
Para los primeros decenios de 1700, especialmente en Inglaterra, se comenzó a revestir la madera con láminas de hierro, y más tarde se comenzaron a fabricar carriles completamente de este metal.
Hay que tener en cuenta que en los casos en que las vías no requerían soportar mucho peso, era mas barato recubrir la madera con hierro que hacer rieles solo de metal.
Así nació el concepto de “ferrocarril” (camino de hierro) que utilizamos en la actualidad.
De esta forma, poco después de 1700 ya existían caminos de hierro (ferrocarriles), cuando los carros todavía eran arrastrados por fuerza animal y las locomotoras aún no habían sido inventadas.
Desde esos tiempos hasta hoy surgieron y desaparecieron múltiples formatos de rieles, los que al ser sometidos cada vez a mayores exigencias fueron evolucionando hasta dar paso a los que conocemos hoy.
En resumen, los carriles permitieron guiar las ruedas de los carruajes y les proporcionaron una superficie más regular y resistente que el suelo, especialmente en terrenos húmedos o pedregosos, lo que permitió transportar más carga con menos esfuerzo y más rápido, evolucionando desde el "petrocarril" al "maderocarril" y finalmente al "ferrocarril".
Ferrocarril para referirse a la empresa
Una vez que la tecnología evolucionó al punto en que fue posible construir caminos de hierro y que sobre estos podían circular carruajes para transportar personas o carga, surgieron las empresas dedicadas a brindar el servicio de transporte utilizando todos estos elementos.
Así, una empresa que explotaba un camino de hierro pasaba a llamarse “Compañía del camino de hierro”.
Ejemplos hay muchos, pero solo para graficar esto podemos nombrar a la "Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España", fundada en 1858, o la "Compagnie du chemin de fer de Paris à Saint-Germain" fundada en 1835 en Francia (chemin de fer significa camino de hierro).
En ambos casos, las empresas fueron creadas con el fin de construir y operar un camino de hierro, ofreciendo a sus clientes la posibilidad de transportar mercancías o personas a través de dicho camino.
Naturalmente, para hacerlo, requería vehículos (traccionados inicialmente por animales), además de personal e instalaciones (estaciones, plataformas de carga, maestranzas, etc.). Así, la gente comenzó a llamar "ferrocarril" a todo lo que componía el servicio, por lo que se hizo válido decir “Yo trabajo para el Ferrocarril de Copiapó a Caldera”, refiriéndose indudablemente a la empresa y no a los rieles de metal.
Tal como vimos antes, aquí ya se hablaba de ferrocarril aun cuando todavía no se usaban locomotoras y los vehículos estaban compuestos de un solo coche. Ejemplo de esto son la “Empresa del Ferrocarril Urbano de Santiago”, "Ferrocarril del Sur", “Ferrocarril Oeste”, "Ferrocarril Urbano de Cartagena" y muchos otros en varias ciudades de Chile, que prestaban servicio sobre rieles de acero con carros individuales tirados por caballos (carros de sangre).
Tenemos entonces dos significados para ferrocarril:
- El camino formado por vías de hierro (ahora de acero).
- La empresa dedicada a la explotación del camino de hierro.
En resumen, lo que vemos en la siguiente imagen es un ferrocarril.
El tren
Esta palabra proviene del francés antiguo “train”, acción de arrastrar, evolucionando hasta referirse a vehículos arrastrados (traccionados) por cualquier medio y sobre cualquier superficie, por ejemplo, rieles, tablas, e incluso carreteras.
Por extraño que parezca, las cuatro imágenes anteriores son trenes, aunque de distintos tipos, ya que están compuestos por varios vehículos (carros) que son arrastrados por fuerza animal o mecánica.
El primero es un tren de carros de mineral arrastrado por un caballo, aunque para esta tarea también se usaron mulas e incluso bueyes. Una configuración similar tuvieron los primeros trenes de pasajeros, que no eran otra cosa que carruajes arrastrados por uno o varios caballos, pero con ruedas apropiadas para desplazarse sobre rieles.
El segundo es el clásico tren que transporta el equipaje hacia o desde los aviones en los aeropuertos.
El tercero es un tren de carretera o B-Train, de uso muy frecuente en países con extensiones territoriales muy grandes como Australia o Estados Unidos, y donde las carreteras son muy rectas.
Están compuestos por camiones de gran potencia arrastrando varios remolques enganchados uno tras otro y solo pueden ser utilizados en la carretera, por lo que al llegar a las ciudades deben ser desarmados y cada remolque enganchado a un camión individual.
Aunque existen records impresionantes, como el establecido en 2006 en Australia, cuando un camión Mack Titan arrastró 112 remolques con una longitud de 1.474 metros de largo, claramente solo fue con fines publicitarios ya que, a diferencia de un convoy ferroviario, no cuentan con un mecanismo para asegurar que las ruedas se mantengan siempre sobre la vía, especialmente en las curvas.
Finalmente, la cuarta es una hermosa fotografía del tren turístico de montaña que realiza el cruce del paso Furka en Suiza, luego de que el tramo fuera reemplazado por un túnel de base de 15 km en 1982.
Lo importante, es que NINGUNO de los vehículos aquí mostrados es un ferrocarril sino distintos tipos de trenes.
Cuándo es un tren y cuándo no
Tal como se señaló antes, un tren corresponde al conjunto de vehículos traccionados junto con el elemento que lo tracciona.
En las imágenes de arriba podemos ver dos vehículos ferroviarios, pero ni la locomotora ni el coche (de pasajeros) o el carro (de carga) por si solos son un tren. Solo podemos llamarle tren cuando estos últimos están enganchados y listos para ser arrastrados por la locomotora.
A partir de esto, podríamos preguntarnos si un automotor o un buscarril pueden considerarse un tren, pero eso quedará para otro artículo.
Fuentes
- (1) "DIOLKOS. Camino del Estrecho de Corinto". http://arqueolugares.blogspot.com
- (2) "El palocarril en el Chaco", Martín Delprato. https://www.diarionorte.com
- (3) "Introducción a la historia del carril ferroviario". Jorge Pistano Favero. https://www.docutren.com
- (4) "Ferrocarriles urbanos de Santiago", Marco Sandoval. https://www.amigosdeltren.cl
- (5) "Traccion Animal en las minas". http://railsiferradures.blogspot.com
Acerca del autor
Ernesto Vargas es un apasionado del mundo ferroviario y un profundo admirador de las obras de arte asociadas a la vía ferrea asi como de sus contructores.
Nacido en San Felipe, vive desde hace más de 25 años en la ciudad de Santiago, desempeñandose en una empresa relacionada con la tecnología y las comunicaciones.
Durante muchos años se ha dedicado a desarrollar y mantener una serie de sitios web dedicados a la investigación y difusión de la historia ferroviaria y de todo lo que se relaciona con ello. Asi es como desde el año 2001 es el webmaster y responsable del sitio Amigos del Tren, el cual ha sido y seguirá siendo su mayor hobby.
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